Etiquetas

sábado, 30 de agosto de 2014

La chabola


De entre todos los grandes momentos que he disfrutado a conciencia en esta vida, recuerdo con especial entusiasmo las vacaciones que pasé en la chabola que mi primo Cristino —qué gran tipo mi primo— se había construido en un paraje olvidado de una pedanía de Ayamonte.

Contaban que Cristino había llegado al pueblo con una mano atrás y otra delante, luciendo en la oreja izquierda su peculiar pendiente de aro al estilo pirata, y unos brazos fuertes y tatuados de hombro a muñeca con amores de madre, dragones multicolores, símbolos zen y toros de Osborne.

lunes, 25 de agosto de 2014

La vida después de Fran

No voy a engañarme pensando que todo irá bien. ¡Ni hablar! Nada va bien y nada va a cambiar ahora porque sí. Por mucho que Laura esté feliz de nuevo. A veces sonríe, mírala, ahora está sonriendo sola. Si ve que la miro dejará de hacerlo ¿Qué hora debe ser? Toda la maldita tarde lloviendo, vaya semana. Deben de ser ya las seis, o más tarde... Yo empezaba a asumirlo, creo que ya no lo tenía tan a flor de piel y solo me hacía daño cuando algo me lo recordaba. ¡Dios, otra vez no!

miércoles, 20 de agosto de 2014

El cielo de Kepler


La pertinaz lluvia ácida cayó durante varios ciclos sobre el exoplaneta Kepler 52, produciendo una neblina espesa y terriblemente pegadiza. Ni uno solo de los áridos cráteres en las despobladas llanuras se había librado del manto negruzco que depositaba el húmedo y obstinado meteoro. Y hasta las corrientes de agua oxigenada de los cañones rocosos, atacadas de amoniaco y ácido nítrico, habían adquirido con el transcurrir de los días un preocupante tono gris oscuro.

sábado, 16 de agosto de 2014

Habeas corpus


—¡Óyeme, avenegra…!

 Los hijos de papá caídos en desgracia solían tratar al abogado Rivera como a un felpudo en días de tormenta. Era una de las razones por las que no los soportaba.

 —… Si mañana amanezco aquí de nuevo, por la tarde estarás tú en la cola del paro. ¡Así que gánate lo que te paga mi padre y mueve el culo!

Un encanto, pensó Rivera

viernes, 8 de agosto de 2014

Graciela y los gallos


Cuando dentro de unos días dejen pasar a la prensa más oficialista, los reporteros describirán cada rincón muerto de la gallera. Citarán las jaulas vacías, los cristales rotos de las ventanas, las sillas caídas por el suelo, la lluvia calando el techado y formando charcos en el ruedo de arena. Tomarán fotos de las paredes acribilladas del chamizo y compondrán para el pueblo historias épicas sobre los héroes muertos.

jueves, 7 de agosto de 2014

Corintios, 13


Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. Que así lo hizo el Eleuterio y así le fue, rico como era y desvivido por sus hijos, y generoso ante el cepillo cuando se pasaba cada domingo en misa, y hay que ver el mal pago que tuvo ese buen samaritano, que a la que le vino la

miércoles, 6 de agosto de 2014

El Café Trinidad



Todavía me parece oír su voz, cálida y entrañable, cada vez que vuelven a mi memoria imágenes tiernas de aquellos años. Son leves fragmentos de pasado que toman forma en un retrato de Elena descubierto entre viejos apuntes de la universidad; o en la dedicatoria manuscrita que me rubricó en su reverso, y que ya casi tenía yo olvidada. Vienen a verme estos recuerdos, agazapados en instantáneas de tiempo detenido. Como esos momentos irrepetibles que compartíamos en las tertulias del Café Trinidad y que de

martes, 5 de agosto de 2014

El sueño de Baroja



Yo, hasta hace un rato, todavía flipaba en colores.

Mira que he llegado a ver movidas chungas en mi vida, pero el marrón que nos ha caído encima esta mañana ha sido lo más fuerte de todo el curso. Alucinante no, lo siguiente. El tema ha empezado al llegar hoy al insti. Voy a saludar a la peña y me los encuentro sacándole los colores al Baroja. El puto Baroja, menudo primo. ¿Por qué tiene que traer siempre el colega esa

lunes, 4 de agosto de 2014

Emma


Cuando el último y empecinado lector salía de la biblioteca, Emma se levantaba de su asiento tras el mostrador y, en un ritual monótono y ceremonioso, caminaba hasta la puerta principal, corría el pestillo y colocaba el cartel de Cerrado. Luego recorría la sala, bañada ahora de una silenciosa media luz, y colocaba en los estantes, uno a uno, los ejemplares

domingo, 3 de agosto de 2014

La plaza


No hay vida, a la hora del café, en las calles de los barrios dormitorio. No hay viejos paseando encorvados, ni niños bulliciosos corriendo unos tras otros. Ni siquiera un poco de viento los días calurosos como hoy. Nadie rondando las aceras levantadas, ni adormilado en los bancos de los parques. Hay bares más allá del viaducto, con consumidores de menús que alargan la sobremesa. Pero no en este barrio, no en esta plaza.

sábado, 2 de agosto de 2014

La institutriz


El día que Sara Éverton se presentó por primera vez en la suntuosa mansión Rochester, se debieron confabular en su contra todos los dioses sajones que seguramente mueven los hilos allá por el condado de Norfolk, para hacer que aquel fuera, no cabía duda, el día más vergonzante de su impecable trayectoria de institutriz: El estirado cochero que la llevó hasta la

viernes, 1 de agosto de 2014

Desde los cinco sentidos


En tardes lánguidas como aquella, Mario gustaba de contemplar, a través de la ventana de su cuarto, el patio interior que los dueños de la casa mantenían con especial esmero. Tenía el lugar dos niveles que rivalizaban en irresistible encanto, pero que se fundían luego en un armónico conglomerado de colores, texturas y aromas. Desde el piso superior, el inquilino podía deleitarse con las paredes encaladas de los laterales, inundadas de geranios, rojos, rosas y blancos, la arcilla

miércoles, 1 de enero de 2014

Comienza el viaje


Uno nunca sabe bien por qué escribe. Bueno, entendámonos, algunos sí lo saben con toda rotundidad: escriben para publicar. Y quieren publicar para trascender, para que su legado sea merecidamente reconocido en vida y venerado después de muertos. Una pretensión esta de lo más respetable, solo faltaría, pero a mí la verdad es que eso no me llama demasiado.

Yo, eso sí, cuando tengo en la cabeza una historia -a veces solo un personaje, un final, una frase...- siento una necesidad inaplazable de pasarla al papel, de darle forma y sentido de un modo u otro, para deshacerme de ella para siempre. Después de dar ese paso ya no soy el mismo, de eso sí que estoy seguro, aunque reconozco que se trata de un cambio casi imperceptible, un leve avance en un largo camino que no sé muy bien a donde, ni por donde me lleva.

Esta ruta de la que a partir de ahora dejaré cumplida constancia en este blog, no es el épico "viaje del héroe" del que hablaba Campbell, sino la decisión seguramente poco meditada de quien se embarca, sin sextante y con poca brújula, allá a donde el mar le lleve. Un viaje de buenas intenciones, pero de resultados más bien inciertos: el viaje iniciático de un caminante a todas luces temerario.